Había como un millón de chicas, sentadas y de pie.
Chicas con las piernas cruzadas, chicas con las piernas sin cruzar, chicas con piernas fantásticas, chicas con piernas asquerosas, chicas que parecían chicas estupendas y chicas que debían de ser unas brujas si llegabas a conocerlas. 
Era un panorama muy bonito, si entienden lo que quiero decir.
En cierto modo, era también deprimente porque uno no podía dejar de preguntarse que sería de todas ellas.
Te imaginabas que la mayoría se casarían con unos imbéciles. Con tíos de esos que siempre están hablando de cuántos kilómetros pueden sacar le a un litro de gasolina en sus malditos coches.
Tíos que se enfadan como niños cuando les ganas al golf o hasta a un juego tan estúpido como el ping-pong. Tíos malos de verdad. Tíos que nunca leen libros. Tíos aburridos... Pero con eso tengo que tener cuidado.
Quiero decir con eso de llamar aburridos a algunos tíos. 
No entiendo a los tíos aburridos.


1 comentario:

  1. El problema es que la mayoría de esas chicas consideran esos aspectos como atractivos y es lo que buscan. Muy pocas se fijan en otras cosas que no sea un "tio aburrido". Yo tampoco entiendo a estas chicas.
    Por cierto buen post y muy buen blog :)

    ResponderEliminar